Los 6 tipos de competencias laborales
A lo largo del tiempo, muchos eruditos y expertos han procurado establecer la definición más correcta para el concepto de competencia laboral; pero independientemente de la riqueza que implica todo este conocimiento, para efectos prácticos, diremos que:
"las competencias consisten en ya sea conocimientos, habilidades y actitudes que una persona posee para desenvolverse en el trabajo, ya sea para una empresa o por cuenta propia"
Las competencias puede dividirse en tres categorías principales, a) las básicas: éstas comprenden una serie de conocimientos, habilidades y actitudes aprendidas y desarrolladas en la educación inicial, cuando el individuo empieza a formarse; en segundo lugar tenemos b) las conductuales o ciudadanas, las cuales se refieren a los conocimientos, habilidades y actitudes con enfoque dentro del ambiente laboral, es decir, que se aprenden y aplican en el trabajo diario que el individuo ejerce, y por último, c) las competencias funcionales, técnicas o laborales; éstas están drásticamente orientadas a los conocimientos, habilidades y actitudes que son requeridas para desarrollar una actividad laborar que precisa de especialización y altos niveles de desempeño, siendo éste último aspecto el que las diferencia de las citadas en el inciso b.
Sumado a lo anterior, existe también una subdivisión de las competencias laborales de acuerdo a su tipo, las que se citan a continuación:
Competencias Interpersonales: Tienen que ver con una serie de conocimientos, habilidades y actitudes con enfoque de trabajo en equipo, que van desde la comunicación, liderazgo, manejo de conflictos, entre otros. Su principal indicador es la sinergia grupal y el logro de las metas comunes por encima de las personales.
Competencias Intelectuales: Tiene que ver con el "logos" adquirido por medio de la academia, experiencias y experimentación, en cuanto a la toma de decisiones y solución de conflictos, principalmente. Uno de sus más importantes indicadores puede ser la creatividad, en otras palabras, la capacidad de desarrollar ideas.
Competencias Empresariales: Estas tienen que ver con la capacidad de asumir riesgos, administrar las ventas, elaboración de planes, entre otros. Es probable que uno de sus indicadores principales sea el nivel de estabilidad que tenga la empresa y la solidez de la gestión en general.
Competencias Organizacionales: Estas se enfocan principalmente en gestión de los recursos, la administración de uno de los activos intangibles más valiosos, la información, a la vez que presta atención especial a la responsabilidad ambiental, entre otros.
Competencias Personales: Estas son muy importantes pues su papel trasciende desde lo introspectivo hacia el entorno externo; por ejemplo, llegar a desarrollar un adecuado nivel de inteligencia emocional en sí mismo, significará mucho ya sean en el éxito o fracaso en la aplicación de las demás competencias, en un momento dado.
Competencias Tecnológicas: Sin duda, éstas se han convertido en valor agregado en la productividad y desempeño de los colaboradores, tomando en cuenta el papel que la tecnología, una de las cinco potencias de la industria, juega en el mundo de los negocios actual.
Jonne A. Méndez Bardales
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